Narra
Sonia
Estaba como cada tarde sentada en
el escritorio de mi habitación estudiando, con mi iPod enchufado a
mis altavoces, la música siempre me daba tranquilidad, cuando entró
mi madre en la habitación con sábanas limpias y las dejó sobre mi
cama. Giré mi silla y la miré mientras sacaba la cama supletoria.
-¿Mamá que haces? Sabes que
hace más de un año que no invito a nadie a dormir a casa.
-Ya lo sé Sonia, pero vas a
tener que compartir tu habitación con alguien
-¿Con que alguien?- dije
poniéndome a la defensiva
-Con tu prima Carla, me han
llamado de protección a menores y va a tener que vivir aquí
-¿Mi prima Carla? No recuerdo a
ninguna prima que se llame Carla
-Ya lo sé, es la hija de mi
hermana Lauren. Digamos que no os he hablado mucho, por no decir nada
de ella.
-Mamá paso de compartir la
habitación con una completa desconocida
-No es una opción Sonia, vas a
compartir la habitación.
-Pero mamá....
-Que no, no lo intentes no puedes
convencerme
-¿Que pasa aquí?- preguntó
Louis entrando en mi habitación
-Quiere hacerme compartir MI
habitación con una prima totalmente desconocida
-Carla ¿verdad?- preguntó Louis
a mi madre, a lo que ella asintió- Mamá déjame a mi- dijo y mi
madre salió del cuarto refunfuñando por lo bajini. Mi madre y mi
hermano, más que madre e hijo eran amigos, se contaban todo y al
parecer esto no era una excepción.
-Lou no lo intentes, mi
habitación es el único rincón en el que no tengo que esconderme,
de hecho sabes que al único que dejo estar aquí más de 5 minutos
es a ti.
-Lo sé, pero estás siendo un
poco egoísta. A ver pensemos un poco, Lottie y Fizzy comparten
habitación- dijo contando con sus dedos- las gemelas también, los
únicos que tenemos habitaciones individuales somos tu y yo.
-Pues ya está duerme contigo,
problema solucionado ves que fácil
-Vamos Soni ¿de verdad?. ¿Crees
que para ella será fácil venir a vivir con nosotros? Ella tampoco
nos conoce y no creo que lo esté pasando muy bien
-Eso es chantaje emocional
-No, eso es hacerte ver la
realidad
-Ah dios!! Te odio!
-¿Eso es un si?
-Si...-dije en un tono bajo y
enfadada
-Vamos no te enfades, ayúdame a
hacer la cama- Me levanté y lo ayudé a colocar las sábanas y la
colcha- Y no deberías ser tan dura con mamá, ella tampoco sabe como
lo estás pasando tú, porque eres una cabezota que se esconde y para
ella tampoco es agradable recordar a su hermana, si no nos ha hablado
antes de ella será por algo.
-Vale tienes razón, pero no
quiero que le cuentes nada a mamá de lo que me pasa a mi en clase,
bastante tiene ella
-Sabes que nunca lo hago, es
nuestro secreto, aunque pienso que ella te podría ayudar
-No empieces por favor, prefiero
seguir siendo la chica de la sonrisa y las buenas notas delante de
ella
-Pronto serás la chica de la
sonrisa verdadera- sonreí tristemente ante el comentario de mi
hermano y lo abracé- Bah vente conmigo al jardín a echar unas
canastas, eres la única de la casa con la que puedo hablar de
deportes.
-Tengo que estudiar
-Apuesto a que ya te lo sabes y
no vas a dejar a tu hermanito solo- dijo poniendo cara de cachorrito
-Esto si que es chantaje
-¿Pero ha funcionado?
-Si, vamos
Narra
Carla
Mi madre moría, me separaban de
mi mejor amigo y me llevan a una casa horrible. No lloraba porque no
me gustaba, pero estaba enfadada, más que nunca, y que´ria matar a
estos tíos. De repente el coche paró frente a una casa enorme “No
me jodas, que son ricos” pensé. Me baje del coche y una señora me
abrió la puerta.
-Oh, ¿tu eres Carla?- asentí-
Siento muchísimo lo de tu madre. Yo soy Jay, tu tía- la miré
fijamente y luego entré en la enorme casa. Que asco me daban las
personas con tanto dinero. Vi que había un segundo piso y subí
encontrándome con varias habitaciones. En una de ellas se escuchaban
risas, ademas de ricos son felices, que imbéciles. Entré en la
habitación y una chica y un chico reían sin darse cuenta de mi
presencia. Cuando al fin me vieron ambos se levantaron para
saludarme, que ilusión, pensé sarcásticamente.
-Hola, yo soy Louis y ella es
Sonia, sentimos lo de tu madre
-Ya, ya todos dicen lo mismo y
nunca es verdad.
-De verdad, lo siento mucho.-
insistió la que al parecer era mi prima- Si quieres vamos a ver
nuestra habitación- sonrió al parecer intentando ser amable
-Me da igual, haz lo que quieras
-Bueno lo decía por si querías
dejar tus cosas
-No se si te das cuenta, pero no
traje nada. Llevas gafas pero estas ciega, eh
-Bueno chicas tranquilas- dijo el
chico intentando suavizar la situación
-Yo estaba muy tranquila- dijo
ella provocándome
-Me voy al salón. Me aburrís.
-Perdón por intentar ser amable,
mal educada- había conseguido prender la llama la niñata esta
-¿Perdona?- dije girando sobre
mis talones- ¿A quien llamas tu mal educada? Soy como me da la
gana, y si no te gusta te jodes- dije y me fui de la habitación
dejándolos con la palabra en la boca.
Qué
gente tan idiota. Y ahora tendría que vivir aquí, pues qué asco.
Menos mal que dentro de un año cumpliría los 18 y podría irme
lejos y no verles jamás. Seguí mirando la casa hasta que me aburrió
y salí de la casa donde me senté en las escaleras. Necesitaba tomar
el aire, despejarme de todo esto que estaba viviendo tan deprisa.
Necesitaba fumar, necesitaba alcohol, y no tenía nada de eso.
-Seguro que los ricos estos tendrán alcohol- dije hablando sola y volví a entrar a la casa. Fui al estudio donde habían varios armarios enormes, los abrí y tenía razón, había de todo. Vodka, Whisky, Bacardí, Ron, y demás. Cogí la de Ron y mientras la abría desesperadamente sentí los pasos de alguien.
-Seguro que los ricos estos tendrán alcohol- dije hablando sola y volví a entrar a la casa. Fui al estudio donde habían varios armarios enormes, los abrí y tenía razón, había de todo. Vodka, Whisky, Bacardí, Ron, y demás. Cogí la de Ron y mientras la abría desesperadamente sentí los pasos de alguien.
-¿Que
haces aquí?
-Sonia..
Eeh, pues.. Espera, ¿qué haces tú aquí?- dije un poco nerviosa.
-Es
mi casa, oí ruidos y vine
-Pues
enhorabuena, ya ves que soy yo, puedes irte.
-Eso
no es tuyo sabes?
-Vivo
aquí, y ahora todo esto pasaría a ser mío también.
-Tenemos
prohibido tocar eso, i siquiera Lou tiene permiso, eso es de mi padre
-¿Quieres
meterte en tus asuntos y dejarme a mí en paz?
-NO!
Eres tu la que de repente ha aparecido aquí, y si vives aquí te
adaptas a las normas
-Guardé
la botella y cerré con fuerza- Escúchame, Sonia, no me gustas, me
caes fatal y ya empiezo a odiarte. No empeores las cosas porque no te
gustará el resultado- dije mirándola firme y me fui del estudio.
Que estrés de tía.
te
toca narrar
Narra
Sonia
"Perfecto,
no tengo yo suficientes problemas como para encima tener que aguantar
a esta idiota" pensé. Le había prometido a Lou que me
comportaría y que intentaría ser amable, pero no era fácil con
ella, joder. No le gustaba, pues muy bien al menos había algo en lo
que coincidíamos.
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